Muchos de nosotros conocemos sobre el infeliz episodio que protagonizó la ex primera dama Eliane Karp en un cine: entró sin hacer cola y no hubo mayor escándalo. Un homenaje a la imbecilidad.
Una amiga bloggera denunció hace algunos meses que Ollanta Humala (Siempre Carlos, pero para las elecciones Ollanta) tampoco hizo cola en el cine. Y nadie dijo abosultamente nada. Se 'coló' como como bueno. Así de simple.
La lista continúa con un hecho que yo mismo presencié. Esta vez la protagonista principal fue nada más y nada menos que Mercedes Cabanillas. Debo confesar que respetaba mucho a la ex Presidenta del Congreso, más allá de algunas diferencias políticas que nos separan. Sin embargo, esta vez me sentí profundamente decepcionado.
Hace dos meses aproxidamente hacía rehabilitación física en la Clínica Tezza. La atención es por orden de llegada. Uno se apunta en una lista y se le va llamando conforme a ella. En orden. Esto sucede así todos los días, sin ningún problema. Sin embargo, a 'Mechita' esto le importó un pepino. un día llegué, me apunté en la lista, y luego se apuntó un señor en terno que conversaba con otro más también enternado, y decían algo como "solo faltan tres personas". Después se acercaron a una señora que estaba sentada y sentía como las miradas obligadamente chocaban con sus ojos: era 'Mechita' Cabanillas. Todo iba bien, hasta que tres minutos después, antes de llamar a las tres personas que antecedían a la ex Presidenta del Congreso (incluido yo), se escuchó el nombre "Doctora Cabanillas", y la ilustre doctorita pasó a su rehabilitación y los demás a seguir esperando.
Nadie dijo nada. Yo tampoco. Crucé miradas con un señor y me hizo un gesto de desaprobación, con una tímida sonrisa, de quien piensa "estamos en el Perú, qué se le va a hacer". Sí señores, esa es nuestra mentalidad. Me arrepiento mucho de haberme quedado callado. Que me haya quedado sorprendido no es excusa.
¡Acabemos con la cultura del silencio!
Mercedes+Cabanillas Cabanillas