sábado, noviembre 13, 2010

Tristes despedidas

*A ocho meses del último post, escribo las líneas finales de este blog, con nostalgia por lo vivido a través de las palabras, y con la certeza de volver pronto –aunque en otra bitácora- con historias similares pero más cercanas y entendibles para todos y no solo para mí, más abiertas y mucho más explícitas. Cada final siempre es un nuevo comienzo.
 
a stubborn heart remains unchanged(8)


Alguna vez dije que las mejores despedidas eran las que no incluían ningún adiós. Debo retractarme. Hay veces en las que esta palabra –premonitoria del silencio y el vacío más absolutos- puede convertirse en el elemento perfecto para sellar un final. Solo hay que saber qué ingrediente especial agregar.

Otras veces –ni modo- desaparecer sin decir adiós es la mejor decisión que podemos tomar.