miércoles, enero 28, 2009

El negocio del amor (o business son business)


*¿Se podrán aplicar también a las relaciones entre parejas?




La otra vez me crucé con la columna de Bruno Giuffra, en la revista Somos. Hablaba de reglas a tener en cuenta en una negociación entre empresarios. Inmediatamente se me vino una pregunta a la mente: ¿Se podrán aplicar también a las relaciones entre parejas?

Podrá sonar frío, pero cierto. Nuestro día a día es una constante negociación. El mío lo es quizá obsesivamente, desde que me despierto. Aun no he abierto los ojos, pero ya estoy decidiendo si me levanto o duermo un poco más, lo cual implica menos tiempo para el aseo y el desayuno, ¿dejo el pan para el carro? ¿Llego una hora después al trabajo y me quedo hasta una hora más tarde? Negocio conmigo mismo y luego igual con las demás personas durante el día.

Cada relación es una empresa: implica planes y metas, hay que sacarla adelante, hay que tomar riesgos, recibes beneficios y, claro, uno tiene que negociar con la pareja. Siempre. Giuffra propone 8 pasos para triunfar en una negociación. Repito, ¿se podrán aplicar también a las relaciones entre parejas?

1. La primera regla que se debe tener en cuenta es que (uno) recibe lo que negocia y no lo que merece.
Brillante. Si crees que obtendrás todo lo que quieras de tu pareja, te equivocas. Lo que suceda será producto de cómo llevaron las cosas en su relación. Puedes pensar en el karma también, y de paso recordar aquella frase que dice “Un país elige al gobernante que se merece”. ¿Tienes tú el novio que te mereces? Porque uno siempre cree que se merece mucho, pero, recuerda, ‘lo que mereces’ puede significar mas bien ‘tu merecido’.

2. Siempre hay que buscar una figura en la que ambas partes ganen algo.
Lúcido. A veces (o muchas veces) hay que ceder. Es simple: todos queremos ganar en una relación, pero como las personas somos distintas y queremos diferentes cosas, entonces no deberíamos aspirar a ganarlo todo en esa relación. Sería egoísta. Cede en algunas cosas y obtendrás las otras de buena gana. Claro, si es que cedes con buena cara, también.

3. La negociación en sí es un proceso y no un evento.
Clarísimo. La negociación durará toda la relación y hay que desarrollarla y fortalecerla. Nos vamos haciendo duchos en la materia y somos conscientes de que cada pequeña negociación es parte de una mayor, no son aisladas. Ahí está el truco.

4. Aprenda todo lo que pueda sobre la otra parte antes de empezar a negociar.
Al menos en nuestro caso esto debería ir al principio. Es como descubrir, descifrar o leer el currículum de la otra persona antes de aventarse a la piscina. Ojo: tanto para decidir si en realidad quieres una relación con esa persona, si realmente sería una empresa exitosa, o para saber mejor cómo llevar las cosas durante esa relación. De todas maneras habrán aspectos de uno que recién se conozcan en el momento, es lógico, pero es mejor saber todo lo que uno pueda antes de. Con lo cual lanzo una recomendación muy personal: salgan un tiempo primero con esa persona. Aunque les guste mucho desde un principio, las personas no siempre son como se muestran en un comienzo, así que es preferible salir unos meses y de ahí ya formalizar. Es solo un consejo, podrían no seguirlo y les podría ir muy bien también. Y viceversa, créanme. Aun así habrá aspectos que recién conocerás una vez terminada la relación. Porque, como tú sabes, todo secreto se llega a saber, tarde o temprano. Hasta los más escondidos (¿no es así, mi estimada?).

5. Defina bien los límites de su negociación.
Siempre ten claro cuánto vas a tolerar de la otra persona. Tenlo clarísimo, porque si no en el momento puede que aguantes mucho más de la cuenta, o que pases varias cosas por agua tibia que luego vayan dinamitando la relación. Si la pita de tu tolerancia se puede jalar demasiado, recuerda que todo se rompe en algún momento.

6. Acepte el silencio. Que no le incomode utilizarlo como herramienta de negociación.
Giuffra, convertido en un genio, dice: “recuerde que uno es esclavo de sus palabras y amo de su silencio”. Hay distintas razones por la que a veces debes simplemente callar: has hecho algo malo, has pedido perdón y ahora aguanta no más el griterío que te va a caer (olvídate de las excusas, no le busques razones a todo tampoco); cometiste un error que, por el bien de la relación, es mejor no decir, pero sí corregirlo por tu cuenta o arrepentirte y nunca más volver a hacerlo; el silencio a veces puede decir más que mil palabras; los actos, también.

7. Ante la intimidación, no demuestre temor.
No te dejes pisotear y nunca pierdas tu independencia. Y si otros cuestionan tu relación, recuerda que es tuya y no de ellos, y por más que pueda ser difícil, la historia de David y Goliat a la que hace referencia Giuffra siempre es alentadora.

8. Finalmente, establezca un clima de cooperación y no de conflicto.
Sí y no. Hay que llevar una relación pacífica y de cooperación, en la que ambos se ayuden a ser mejores personas, ese debería ser el fin póstumo. Pero tampoco debe ser todo perfecto: las peleas a veces pueden ser un ingrediente que le dará más sabor a tu relación. ¡Que no se te pase la mano no más! Y cito al buen Giuffra: “al final de cuentas, usted debe armar relaciones que sean duraderas. El desgaste empresarial que ocasiona un conflicto de negociación es un tanto inútil y, por otro lado, el mundo siempre da vueltas, por lo que evitar un conflicto CASI siempre es lo más inteligente. Utilícelos (estos 8 consejos) y verá cómo alguna ventaja obtendrá”.


Clarísimo. Yo espero llevarlos a la práctica pronto, muy pronto. ¿Será?


11 comentarios:

Gustavo Aguilar Alterno Espiraaaal dijo...

=0 interesante hermano, tambien espero llevarlos a la practica, si es que alguien me deja negociar con ella =(

Anónimo dijo...

buena fredo

Artemisia21 dijo...

negocios... negocios,, negocios,, prefiero formar mi propia ocmpañia con mis propias reglas y si algun empleado no cumple con su labor, lo despido.. shhh no va a che¡¡

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Cathy Pazos dijo...

negocio = amor, no lo creo, prefiero amor sin convenios, ni contratos.

Besitos

:D

Cathy Pazos dijo...

negocio = amor, no lo creo, prefiero amor sin convenios, ni contratos.

Besitos

:D

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
elextra dijo...

gustavo: tranqiulo, hermano. Toda negociacion implica un buen plan. Traduce esto en tu situacion y veras como al menos algunas cosas pueden cambiar para bien.

Anonimo: debo decir "anonima"?? jaaa mira tu

artemisia: has heco el comentario perfecto!

lexuzon: acaba de pasar el 14 de febrero y empiezo a poner en practica algunos de estos pasos!

cathy pazos: el negocio on es igual al amor, pero las relaciones amorosas pueden ser mas llevaderas teniendo en cuenta algunos principios de las negociaciones. Y aunque no queramos, el amor es un convenio, y tb un contrato implicito.

GINNA dijo...

wow, que buen post, lo necesitaba.

Ah por cierto, sobre el pan en el carro.A mi hija es a la que a veces le toca comerselo en el carro mientras la llevo a la escuela.

taditaggert dijo...

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mcvisea dijo...

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