No te escribiré ningún poema
porque versos sobre ti sobran en las páginas de nuestras evocaciones.En las constantes de nuestros reencuentros.
Eso es lo nuestro: una constante.
Y no es que no haya nada más que decir de ti.
Podría escribir líneas infinitas sobre ti.
Pero prefiero una imagen.
Una fotografía tuya.
Un recuerdo infinito.
Un espasmo con tu sonrisa.
Un hedonismo introvertido.
Un temblor magnífico.
Y un orgasmo de colores.
Sería suficiente para que no haya línea que escribir.