*Casi un perro del hortelano. Vive, pero no deja vivir. Es feliz, pero no permite que otros lo sean. Se lo toma a modo personal. Solo está pensando en sí misma.
En el océano de las relaciones, soy un pez contreras. Nado contra la corriente. No sigo convenciones.
Siempre seguí una máxima: mientras no le hagas daño a nadie, sigue pa’ lante. Y así lo hice. En el enmarañado mundo de las relaciones, aprendí a ser bueno luego de algunas ocasiones, y el tiro me salió un tanto por la culata.