viernes, mayo 25, 2007

Stairway to Heaven

Si lo ves bajando las escaleras con los ojos completamente cerrados, es porque la medicina le inyectó una muy mala noticia: se quedaría ciego. Y pronto. Si además lo hace con la frente en alto y con el brazo izquierdo firme sobre la baranda, sin tambalear, es porque la vida le ha enseñado que la firmeza y la valentía serían siempre sus dos pilares en la ruta.

Es por eso que aún a casi 8 décadas de su nacimiento puede seguir desplegando sus pasos por las calles de La Victoria, siempre hasta San Borja para realizar sus compras. Casi no se cansa. Y eso que cada año Santa Claus le regala un par de kilitos más. Total, él ya está bastante acostumbrado. Desde niño, desde que la Madre Selva lo acompañaba en el calor de su niñez y adolescencia, y jugaba con sus amigos a cazar hormigas y también mujeres. “Las 7” se llamaba el juego. Consistía en ver quién podía llegar a tener una chica por cada día de la semana. Admite que nunca lo logró. Pero que estuvo cerca. Lo que sí consiguió fue migrar hacia la capital después de concluir la secundaria. “Un viaje muy duro” recuerda. No sólo por tener que dejar a su familia, sino porque aquella travesía por tierra incluyó días en carro y también a pie. Nunca se rindió. Tampoco tiró la toalla en las mil y un disputas cuando trabajó para la expirada aerolínea PANAGRA, como jefe del sindicato de trabajadores. Ahora, ya jubilado, prefiere guardar su rabia para las conversaciones en la mesa. Sus temas favoritos: la política y el fútbol.

Su recorrido hasta San Borja concluye en Wong, en donde aprovecha para tomar un descanso haciendo las compras y degustar todo lo que esté disponible para ello. A veces, esta caminata tiene como único fin seguir comiendo después del desayuno. Sus hijas le han advertido sobre el problema del colesterol y del sobrepeso, pero él hace caso omiso. Dice que “su cuerpo asimila”. Otra forma de decir que si su estómago le pide comida, él no tiene reparos en obedecer. Así sea a cada rato. De todos modos, él cree en la medicina alternativa. Prefiere tocarse la palma de la mano con el dedo índice hasta sanar, que visitar a un doctor. Más aún, cuando es un doctor con productos naturales el que le ha dado la chance de conservar la vista por más años de lo que la medicina convencional le predijo. Por eso es tan terco. Creció en una familia recta y así también crió a la suya. Siempre con él a la cabeza de las decisiones. Para bien o para mal. Siempre él. Sin arrepentirse.

Pero ya no tiene casi 8 décadas de existencia. Ahora bordea los 85 años de edad, y esta diferencia, en una persona de avanzada edad, es muy grande. Y él lo sabe bien. Lo supo finalmente cuando en uno de sus viajes de compras, perdió sentido de la ubicación y por un momento no sabía en dónde se encontraba. Cada vez sucede con mayor frecuencia. Por eso ahora es su hija la que lo acompaña, ahora en carro, a hacer las compras. Las caminatas fueron reemplazadas por la televisión. El aire de la calle y las conversaciones ajenas en sus oídos sucumbieron frente al nuevo equipo de CD. Pero su risa no se ha agotado. Menos su valentía. Tampoco su creencia en la medicina alternativa y en la mente. Por eso baja las escaleras con la frente bien en alto y con los ojos cerrados porque no le teme a lo que pueda venir. Y ríe cuando no hay más escalón que pisar, porque sabe que cuando la película de su vida se proyecte ante sus ojos, tampoco allí le temerá al final de todos sus peldaños.

*Ese es mi abuelo. El que quería que estudie medicina y se resistía a aceptar el hecho de lo que mío era la tinta y el teclado. Y aunque con los años logró aceptarlo, siempre me intentó disuadir de escribir una novela sobre su vida, un libro que jamás llegué a escribir, pero que intento resumir en el presente texto. Mañana suma un nuevo abril. Churín lo espera. Nosotros, también lo esperamos.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Que genial! yo tb admiro harto a mi abuelo... los abuelos siempre nos dejan una buena enseñanza cuando nos ponemos a pensar.. que rico es escuchar todas sus historias y anecdotas.. mi abuelo quiere que escriba un libro sobre él.. por eso me cuenta cada día un pedazo de su vida, ya voy por el año 50.. y es uff harta infoo..

Pd: no t iba a pasar la voz!! pero. dije faciol me vio y no quiero ser sobrada.. si pues con las manos en la masa.. jajaj q rochee!! no lo comentes!

aNdRe$! dijo...

Asu que chevere... y aun asi nose xq carajo encuentro gente que dice no saber de que escribir.
Buena voz *