Los amores prohibidos y los amores imposibles

*Porque uno no escoge quién le gusta, y no escoge de quién enamorarse.

Tengo una fijación por las mujeres de los demás. Me gustan, me atraen, me incitan al pecado. No es nada perverso (bueno, en algunos casos sí), es más que todo una circunstancia. 

Me explico. No es que me gusten porque tengan enamorado, sino que las que me gustan ya lo tienen. O están próximas a tener. Y sucede a distintas escalas, dadas las diversas circunstancias.

1.No les di bola y ahora me arrepiento

Clásica. Por alguna razón me hice el sobrado y ahora que soy yo quien las busca, nada, nadie hace ‘click’. Ahora ellas tienen enamorados o salen con alguien. En ese momento algunas también, pero no les importaba. Ahora sí les importa. Por esos tiempos tenían 16 ó 17, ahora tienen alrededor de 20 ó 21 años (sí, era todo un chibolero). Creo que esa es la respuesta. Aunque también están las que no tenían enamorado, pero siempre estaban detrás, y yo les daba bola a medias. Tuve mi época de soltero coquetón que picoteaba de un lado a otro. No es que las utilizara, pero no buscaba nada serio y ellas sí, y luego se alejaban e intentaban volver pero no encontraban respuesta. Ahora soy yo el que se queda tan solo lanzando preguntas. Ahora sí que me arrepiento. Tenía el camino completamente libre y no lo crucé. Ahora sólo me queda mirar, desear, y no concretar. Mal, muy mal.

2.Las deseo en secreto

Los amores imposibles y los amores prohibidos.

Los amores imposibles siempre han estado presentes en mi vida. Por algún motivo me encantan los amores imposibles. Desear a una mujer que sé que jamás la tendré. No es que crea que no puedo, es solo que sé que jamás haré nada. Pero eso sí: siempre la miro, cada vez que me la cruzo voltearé a observarla, diré “mierda, que linda flaca”, me daré media vuelta y seguiré mi camino. Así la prefiero: intocable, inmaculada, un ángel merodeando entre mortales, y por qué no alucinarla como diría Xavier Velasco en su libro perfecto “Diablo Guardián”, “no hay nada más poderoso que una mujer desnuda entre los hombres”.

Y también tengo una debilidad por los amores prohibidos. Y a distintas escalas.

Me gustan amigas cuyos enamorados son mis conocidos, pero esto último, francamente, me importa muy poco. Y por eso me las gileo, así descaradamente, pero nadie se escandaliza. Total, somos amigos, y entre los amigos hay confianza.

Y eso no es todo. También me gustan las flacas de mis amigos. Es algo parecido a un amor imposible. Es un deseo de enamorar a quien no debes. Pero, total, en esta vida todo termina, así que después de un tiempo que terminen, al menos le podrías arrancar un beso. Eso sí, que nadie se entere. Nadie te dice que estés con ella. Eso sí podría ser malaso:p.

Y no me olvido de las amigas de mis enamoradas, o de mis ex. Sí, a veces también me llama la atención la amiga de una novia. Y no tiene que ver con algo simplemente físico, sino ese famoso “no sé qué” que una mujercita puede tener. Pero uno es fiel, y por eso solo observa y la abraza con la mirada. Y cuando menos lo piensa, uno está soltero de nuevo. Y esa chica ya no es la amiga de la enamorada, sino la amiga de la ex, o mejor, tu amiga también.

Con todo, no es ningún amor imposible, pero sí prohibido. Aunque como todos ya sabemos: hecha la ley, hecha la trampa. Por eso intento enamorar a la amiga de mi ex, aunque ella ni cuenta se haya dado. Qué puedo hacer, mujer linda siempre encandila. No le veo nada de malo, aunque depende de cada quién.

En fin, dicho esto me siento más tranquilo. Aunque suficientes confesiones por hoy. Qué puedo hacer, digo nuevamente, me encantan las mujeres y me encanta tenerlas cerca. Es una debilidad. Dudo que solo sea mía.

PD: Hace tiempo no escribía. Chamba y estudio, exámenes y trabajos. Una vaina. Espero que no vuelva a suceder. Ahora sí hay extra, y para rato!

*Apoyo en la edición de imágenes: jekita.

Blogalaxia Tags: amor+prohibido amor+imposible amores+prohibidos amores+imposibles