martes, marzo 11, 2008

ODA a la nostalgia

Todavía recuerdo cómo te conocí.

Sí, te conocí por Internet. Qué extraño suena eso, jaja. Tú siempre dirás que yo te agregué al MSN, yo siempre diré que fuiste tú. Lo cierto es que por esa época me metía apenas llegaba a mi casa para ver si estabas conectada. Era divertidísimo chatear contigo. Y, además, había ahí un 'plus' que tú y yo entendemos: algo que sería mas divertido después, en carne y hueso (te guiñaría el ojo si te tuviera a mi costado, jaja).

Y no he olvidado la primera vez que te vi.

En persona eras igual de loca que por Internet, jaja. Nos encontramos en la Av. Las Palmeras, tú salías de la peluquería porque tenías un quinceañero, yo recién me despertaba porque ese día, sábado mediados de julio del 2003, acababa finales en mi primer ciclo de mi época upecina. Cómo ha pasado el tiempo, ¿no crees? Eso fue hace ya 5 años. Simplemente nos encontramos y caminamos hasta la esquina de tu casa, conversando sobre cualquier cosa. Querías que te acompañe al tono, pero yo ya había quedado con mis amigos de la universidad en salir a Chacarilla (los más telas). Tú tenías 16 años, yo ya 18. Cuando nos conocimos tenía 17. No teníamos ni la menor idea de todo lo que nos pasaría.

Menos he olvidado el primer beso que te di.

Fue en la reunión de un amigo, 26 de julio del 2003. En realidad habían pasado las 12 ya, así que fue el 27. Nos quitamos de la 'reu' por un rato, caminamos hasta un lugar más tranquilo (o caleta) y nos estampamos un beso bien maleado. Jaja. Luego nos daríamos cuenta de que todo sucedió al costado de una iglesia, y mucho tiempo después te llevaría ahí mismo y te haría una pregunta, LA pregunta. Tampoco sabíamos en ese entonces todo lo que nos podría pasar.

Y tampoco he olvidado nuestra primera salida tres años después.

Reecontrarnos fue cosa de un día. Antes salimos algunas veces, pero no era el momento. Ahora, sólo bastó un "ya no tengo enamorado, aprovecha". Para qué más. Ese mismo día te convencí para vernos. Fuimos a Starbucks y luego nos quedamos hablando un muy buen rato en el estacionamiento de Molina Plaza. Conversando sobre la vida. La pasé TAN increíble. Te dejé en tu casa y luego me llegó un mensaje tuyo diciéndome que la habías pasado muy bien. Me fui a dormir contento.

Y no hay forma de que no recuerde nuestro segundo primer beso.

Y es que mas bien el primero fue nuestro primer 'agarre', el segundo fue nuestro primero beso de verdad. Setiembre 2006: una semana después de nuestro reencuentro, aquí en mi casa, luego de jugar buscaminas en mi 'compu' y comer canchita, dijiste que ya te tenías que ir. Estábamos sentados en la misma silla, haciéndonos espacio uno al costado del otro. Y entonces te levantaste y no lo permití. Te jalé y te estampé nuevamente un beso. Pero esta vez de verdad, con cariño. Y ni hablar de ese día. Fue simplemente PERFECTO. ASÍ, con mayúsculas.

Y estaría realmente loco si no recordara el día en que te dije para estar.

30 de diciembre del 2006, Cocoa Beach. Luego de casi 4 meses de salir, estaba convencido de que eras LA chica para mí. En realidad lo descubrí antes, pero por distintas razones el momento no se prestaba (o quería un primer mes siempre juntos, y habían viajes y finales). Pero me armé de valor. Al borde de la piscina, iluminados por la luna, sellamos nuestra unión. Catorce 30's de enero.

Y me es imposible olvidar todo lo que hemos vivido juntos, como pareja.

El teatro, el cine, las canciones, el carro, el sótano, la playa, los años nuevo, las vacaciones, los DVD's, los estudios, las salidas a tizón, los helados, ESE fin de semana en el nombre de un músico, Aviación... Algunos conciertos, las discuciones y las reconciliaciones, los problemas y las soluciones, los errores y las disculpas, los aciertos y las ilusiones... Los besos y los abrazos, las miradas y las caricias, el cariño y el amor... El saber que nos teníamos y que bastaba eso para saber que todo iba a estar bien.

Y lo último que podría olvidar en esta vida es a tí.

No te quiero olvidar. No lo voy a hacer.

Esta historia no hay forma de que termine así, ni ahora.

Esa es, mi estimada.

Nadie me dirá lo contrario.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bu, mientras leia en mi mente tb se iba escribiendo mi oda a la nostalgia, bueno, ya te he contado pero ahora es mucho mayor, con una expansión a la expansión de la circunferencia. Porque también siento que él e slo último que quiero olvidar, no quiero olvidarlo, ni quiero que me olvide. No se como acabará lo mio o si ya acabo.
En fin, ya te contaré.
Besos
Eli

elextra dijo...

Cuentamelo todo, Eli. Ojalá lo tuyo tenga un muy buen desenlace.

Alfred