domingo, marzo 30, 2008

Carta a tu...



*Este es el último post que escribiré sobre ti. Y no lo hago para que lo leas, aunque si lo estás haciendo, mejor.

Con el paso de las semanas comprendí que en esta vida las palabras son relativas. Todo lo que uno dice, las promesas que hace, lo que dice sentir, todo es relativo. Por eso creo que las frases como "para siempre", "nunca voy a dejar de...", "...toda mi vida", están de más. No le hacen bien a nadie. Es mejor vivir el momento al máximo, siendo consciente de que todo se puede acabar en algún momento, hasta de la noche a la mañana. Es así de relativo.

Aunque claro, que sea relativo no significa que ello se pueda poner como excusa. Es decir, si de una semana a otra alguien saca de su vida a su pareja, sin que haya habido algún problema serio de por medio, es porque mamita, cuando el edificio se derrumba así de fácil significa que no tenía bases sólidas. Y eso es lo segundo que he llegado a comprender: simplemente no me amabas como creías hacerlo, no estabas tan tan enamorada como lo pensabas. Le puede suceder a cualquiera, es cierto, pero tampoco es excusa.

Por eso hoy decido seguir con mi vida. Ya lo hecho, hecho está y como te dije, "ya no hay más daño que me puedas hacer". Borrón y cuenta nueva. Este es el momento en el que te digo Adiós. Ojala no sea una despedida eterna. Ojala el tiempo nos reúna de nuevo, por X motivo. Pero planearlo también está de más: ya el tiempo lo dirá. Lo siento, no puedo ser tu amigo. Ya no me lo pidas. Me pides mucho, en serio (“Amigos para qué, maldita sea(8)”, como diría Gianluca, en Mi historia entre tus dedos. Toda la letra de esa canción es ahora tan perfecta).

No te diré que te odio. Aunque, a veces, del amor al odio hay sólo un pequeñísimo trecho, casi invisible. Me pides que intente estar bien contigo, pero tus actos demuestran lo contrario. Simplemente te importo muy poco, al parecer. No te das cuenta de que hay algo que se llama RESPETO, y por respeto no deberías refregarme en la cara, con otros chicos (plural), que tú ya volteaste la página (Sí, lo se. No debería sorprenderte). Al menos no cuando ha pasado tan poco. Y está bien, no seré tan parcializado: sé que me quieres, aunque no parezca, pero es sólo la costumbre, no es de verdad.

Y ya no diré más. Ya no quiero más historias circulares por ahora. La circunferencia no se expandió, y ni modo. No habrá ya ninguna ODA a la nostalgia, ni sueños sobre los cuales escribir. Algo sí es cierto: el mundo ha dado vuelta en 180º. El fantasma del olvido me acecha.

Adiós, mi estimada.



*Este adiós es una renuncia a lo que significaste, no a tí misma.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

usu!! asu, osu!! ese valor es el que me falta. UHM, no te arrepientas de tus actos, se llama "word vomit", es la mejor terapia. Si lo lee, bueno, que se puede hacer, no?
Un beso.
Elizabeth

Anónimo dijo...

jajajaja con su imagen más!

Elizabeth

Vero dijo...

Me encantó el final... "Este adios es una renuncia a lo que significaste, no a tí misma"

Saluditos :)

Anónimo dijo...

QUE TRISTE PERO MUY CIERTO,
TE COSTO VERDAD?


ANONIMO